Sonar

Con los festivales está pasando un poco lo mismo... 125, 175 euros por festival. 25.000 pesetas, 30.000... Ese precio es que cuesta aglutinarse al ocio musical. Cierran salas. Salas de conciertos, de grupos emergentes. Surgen como setas los festivales. Disfrutar del eventos, de la música, ya parece antiguo. No pido disfrutar de la música de Mengano o Fulano sentado en una butaca (hay conciertos que sí), pido ver a ese grupo en una sala, y punto. Dicen que lo bueno de estos festivales es descubrir grupor o peña nueva. Yo quiero ver a los que conozco. Volveré al Sonar, pero con otros ojos. Hoy, no. Serr, Ignacio, Keks... See you later.
Vuelvo a insistir que es la razón que doy a diestro y siniestro. La verdadera me la guardo por ahora...
Etiquetas: electronica
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